martes, 15 de noviembre de 2016

I

una voz resplandeciente
desde el lago Epuyen
la corriente mueve los suspiros
desterrados

el agua se lleva consigo los nudos
y devuelve fresco
para rejuvenecer la piel

II

veo el sol proyectado sobre tu piel
desvelada
al descuido del rayo

ya no te importa disecarte
ahora, los sabores son más fuertes
y te agradan más

de niño llorabas por la sequedad de las piedras
ahora sos una piedra más
con punta afilada
para defender el espacio de tu agua

III

un yo se esconde en cada
eco de ola
el volcán hace reverberancia
de tu presente
te bañás en el lago y
tu voz se funde con el golpeteo
la metáfora de cambiar

el día se pasa
la arena nos apropia el cuerpo la casa

ya no importa
frente a la inmensidad manantial
lo que te diga la voz

IV

Epuyen, amor
callá ese ego y contemplá
escuhemos desde la sangre
cómo los líquidos más íntimos
los escondidos
que tocamos con la piel
y las olas
retorciendo todo
juntos van a llenar
la esperanza del más auténtico
oxígeno

silencio

V

cierro los ojos y espero
con el deslizar del calor
que proyecto tactilar

él desnudo se hace huella

la mente imagina en ese recorrido
y espero
llegar a sentir lo suave de tu sangre

VI

mi cuerpo
desmaterializado
frente al agua que corre
frente a la sangre que choca

VII

un suspiro tuyo en un recuerdo germinado
que se pierde

las olas son más fuertes que cualquier amor, amor

1 comentario:

  1. Inspirados versos. Con un comienzo vital.
    Me dejaste algo para pensar. ¿Será la perdida de algo emocional, que quede en el pasado, el precio de ese rejuvenecimiento que otorga el río?
    Un abrazo.

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